lunes, 16 de noviembre de 2009

Extraña Observación

Extraña Observación por María Agustina Hildt Macias-Periodismo ECCOS-Est. Dcho UBA
Temprano en la mañana miraba desde mi escritorio la paranoia que existe en la gran ciudad de la furia. Desvié los ojos a lo alto y encontré a los rayos del sol, "los hallé"¿ extraño no?. Y sí, porque una estrella tan gigante no se extravía fácilmente, pero necios somos que lo olvidamos. Aquello me dió la pauta que claramente me había sumergido en las profundidades grises y frías de la cotidianeidad. Había olvidado que estamos en primavera con pájaros que cantan, hojas en árboles que maduran, colores vivos que pintan. Contradictoriamente había aguardado mis días hacia las bajezas de la sociedad, toda, donde lo único que se escuchan son quejidos, gritos o reclamos. Brillante y alegre el cielo celeste me volvió a recordar que no se puede estar caminando sobre las sombras, o si lo hacemos, entonces no hay que olvidar que a lo alto siempre está la claridad de los porqués. Cuando camines en las opacas avenidas de la gran ciudad, cubierta de muros viejos y edificios angustiados, siente el calor de la luz. Mira hacia la gran masa amarilla, y recuerda que aún cuando todo parece ser monótono, una sonrisa en el día nublado te recordará la presencia de lo eterno, gigante. Te devolverá la alegría y la paz.

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