martes, 5 de julio de 2022

BARBUDOS SOLIDARIOS

 

Es una comunidad que ayuda a la gente que está en situación de calle. Con un look muy particular, se hacen llamar los BEARDED VILLAINS y desde hace más de cinco años disponen su tiempo para recorrer la noche porteña.

Creo que es una historia que merece ser contada. Tiene como protagonistas a 200 hombres en todo el país unidos por dos extremos, la barba y su acción solidaria.

Saben que no van a cambiar el mundo, pero sí un momento de la vida, de quien los necesita.

Se suele creer que el aspecto de una persona define su personalidad, un sujeto prolijo en su vestimenta, con el cabello alineado y gesto afable se lo asocia por ser correcto, y ¿qué ocurre cuando la persona que se está viendo es robusta, con barba larga, tatuajes, además campera de cuero negra, con una calavera estampada en la espalda? De inmediato se enciende una señal de peligro.

Los Bearded Villans o el castellanizado Villanos Barbudos son una fraternidad de hombres con imagen ruda que se formó en Argentina y otras partes del mundo, justamente para cambiar el estigma que los pone en el lugar de los malos y demostrar que pueden ser buenos y solidarios y que fomenta el respeto y la lealtad.

Desde hace varios años e inspirados en el primer club de barbas que se fundó en Los Ángeles, los Villanos Barbudos criollos recorren por las noches las calles de la Ciudad de Buenos Aires, ayudando con comida, compañía y afecto a las personas que viven en situación de calle.

Mauro Ponti, es el capitán de este grupo, tiene 34 años, es tatuador profesional y comenta: "Tener que enfrentarnos a los prejuicios de la gente nos pasa todos los días, por eso es que el club se formó para cambiar un poco el paradigma que hace que la gente asocie tatuajes y cadenas con gente fuera de la ley, patota o violencia. Nosotros somos completamente otra cosa".

Ellos son justamente un puñado de hombres barbudos de diferentes credos, culturas, que conformaron un grupo que se sostiene en cuatro pilares: la lealtad, el respeto por el otro, la familia y la caridad.

La causa con la que están comprometidos quienes forman parte de esta agrupación es una y sencilla: ayudar a quien está en situación vulnerable y necesita del otro. Los barbudos solidarios hacen recorridas nocturnas en barrios de CABA, pero ya están ampliando los días de salidas y las zonas hacia el oeste, sur y norte del Gran Buenos Aires.

Según un informe del segundo Censo Popular de personas en situación de calle, más de 7000 personas se encuentran sin hogar en Buenos Aires. A éstas cifras hay que sumarles los que viven en la vía pública fuera del perímetro de la Capital. Todo lo que se reparte en las recorridas se consigue a partir de los aportes individuales de los integrantes del grupo, de las donaciones que buscan y reciben y del trabajo mancomunado que los moviliza a ellos y a sus familias. Quien sabe y puede preparar comidas, otros aportan movilidad para el reparto, utilizan sus motos para trasladarse y así se va armando una cadena de voluntades que les permita llegar a las personas que están en la calle con comida, jugos, ropa y abrigos.

Recientemente incorporaron voluntarios del área de salud que se ocupan de atender necesidades básicas y hasta un amigo peluquero que ayuda en la higiene y corte de cabello.

Se entabla una relación, dice Mauro Ponti, porque para nosotros no es sólo ir y dejar un plato de comida caliente, es charlar, tocamos música, es como una amistad; los chicos que viven en situación de calle nos hacen dibujitos, van a la escuela y nos ponen como héroes, "Se te pone la piel de gallina cuando ves eso", cuenta Mauro emocionado. A la vez que reflexiona y agrega: "Estamos para dejar un mejor futuro a nuestros hijos, que sean mejores personas". Cuesta asociar una lágrima y la voz quebrada con ese hombre robusto, lleno de tatuajes, piercings, anillos y con una barba de 38 centímetros de largo.

La agrupación de Villanos Barbudos ya llega a 80 integrantes en Buenos Aires (hay 7000 socios alrededor del mundo, de los cuales 2000 son de Latinoamérica) no es una comunión homogénea de personas, hay de diferentes ocupaciones, ideologías y con pasados y presentes diversos. Todos usan una barba que debe superar los 5 cm. El requisito para pertenecer a la hermandad es la voluntad de querer ser mejor persona día a día y darle algo a la comunidad. "Acá no juzgamos a nadie", dice Mauro.

Héctor Ponti, es el padre del capitán, fue miembro de la policía, también integra la agrupación solidaria. Ataviado con remera blanca, chaleco negro, anillos, innumerables tatuajes y una barba que destaca por la prolijidad y el cuidado que se nota tiene hacia su persona. Nada hace sospechar que en otro tiempo su uniforme era otro. Es contundente al describir lo que siente cuando sale a las recorridas por las calles: "Me duele todo, los chicos, los ancianos, gente de mi misma edad que está desocupada y con vergüenza por recibir un plato de comida. Tenemos que ponerle el oído también, que sientan que no están solos".

Dice Héctor: "No vamos a cambiar el mundo, pero por un minuto le cambias el mundo a esa persona, escuchándola, dándole una frazada, una palmada en el hombro, un beso, un abrazo".

Para finalizar les digo, para mí, realmente son un ejemplo de solidaridad en un envase duro.

https://www.facebook.com/beardedvillainsargentina 

Rosy Perez para ECOS DEL MERCOSUR

1 comentario:

  1. Hola, quisiera saber sobre los cursos que se dictaban de locución antiguamente en lomas de Zamora

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