miércoles, 20 de mayo de 2020

LA EDUCACION


CRISIS DE LA EDUCACIÓN

El tema de la crisis de la Educación es un tema tan profundo, histórico como insoslayable para la sociedad actual, no sólo en el mundo en general y en la Argentina en particular, sino también para aquellos que han transitado un largo recorrido por los distintos niveles del Sistema Educativo tanto como alumnos como docentes.

Al ser una crisis histórica, se quiere significar que el sistema educativo se ha ido deteriorando a lo largo del tiempo, difícil de determinar, debido a las posturas ideológicas y partidistas incubadas por muchos de esos analistas. Creo sinceramente que, en las últimas décadas se ha agudizado esta crisis desde variadas perspectivas: pedagógicas y sociales, desde la desorientación que se produce en docentes, padres, funcionarios, debido a desviaciones de su misión y fines, pobreza de sus contenidos, la des jerarquización de la docencia, de los funcionarios gubernamentales (renovables con cada administración de la Nación), que siempre en aras de la modernización destruyen lo bueno instituido de las gestiones pretéritas; en la actualidad con la problematización del aumento de la pauperización de significativas franjas de la sociedad, las diferencias se acrecientan entre las escuelas de gestión estatal y privada, urbanas y suburbanas, que albergan el mayor número de la matrícula del alumnado de clases medias bajas y de sectores más empobrecidos, en muchos casos con problemáticas originarias ajenas al sistema educativo.

Si bien, el tratamiento de los problemas de la Educación ha sido profusamente estudiado, considero que su diversidad de enfoques ha producido en la sociedad una gran confusión y su exacta dimensión no ha sido aún conocida.

El tema de la crisis educativa se hace necesario delimitarla al Nivel de la Enseñanza Primaria en las escuelas de gestión estatal. ¿Por qué es importante este nivel?, porque por este nivel pasa la mayoría cantidad de los niños -futuros ciudadanos-.

Desde hace por lo menos cuatro décadas fue necesaria la expansión del sistema educativo para que llegue a todos los niños de la nación (según el criterio de inclusión), los que es loable, pero sucedió que se dejó de lado la calidad de la educación. Al descender la calidad, considero que la intención teóricamente interesante, dejó de ser democrática debido a que restó a la mayoría de los alumnos las posibilidades de un mejor desempeño en el mundo del trabajo, si bien es loable el propósito de alcanzar la cobertura educativo, al garantizar un nivel de instrucción básica para la mayor parte de la población infantil, en especial de clases populares y rurales.

Esto condujo que se fuera produciendo un deterioro en los alcances educativos del sistema. Se produjo un aumento de índices de fracaso escolar y de abandono, ocultos por un sistema de evaluación donde todos los alumnos alcanzaban los objetivos propuestos por el sistema, todos debían aprobar para mejorar las estadísticas.

Las innovaciones en la formación docente aumentaron los grados de insatisfacción  por los docentes egresados, los directivos y supervisores dejaron de tener un rol pedagógico de acompañamiento a los docentes para abocarse a tareas eminentemente administrativas, los gremios avalaron la puntuación de diez puntos en la calificación docente para todos. La conversión del maestro en un obrero de la educación, dejando de lado un tal vez exagerado apostolado y se alejó de los originales nobles principios gremiales y debido a una creciente ideologización partidista, los paros y huelgas docentes fueron mermando los tiempos de aprendizaje, con la falsa explicación que con las medidas de fuerza los alumnos aprenderían a defender sus derecho en el futuro, como si en ese futuro se mantuviesen incólumes las situaciones sociales y profesionales de ese momento.

Estas situaciones sociales se fueron haciendo cada vez más complejas y dilemáticas y llevaron a los maestros a ser quienes dieran de comer, vacunasen, tratasen de solucionar conflictos familiares de los alumnos, entre otras funciones y que no respondían a la preparación de esos docentes. Es decir lo educativo fue reemplazado por funciones administrativas, socio comunitarias, y asistenciales.

La proliferación de heterogéneas organizaciones gremiales pareció obedecer a corrientes supranacionales que dividieron ideológicamente a los maestros.

En la formación docente, al predominio cuantitativo femenino, se le agregó una corriente más masiva de docentes varones que al decir de algunos de ellos, dejaron la universidad por ser estudios difíciles de cursar y aprobar, y la posibilidad laboral que se les presentaba en poco tiempo y con mayor facilidad en los estudios de Magisterio. La conquista gremial de eliminar la planificación por burocrática, llevó a los docentes menos experimentados a improvisar sus clases.

En muchos casos debido a la complejidad de la función docente, se produjo un aumento en las ausencias de los maestros y la aparición de suplentes de suplentes. Ello iba en detrimento de la continuidad del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Salvo algún período de creación de nuevas escuelas, las antiguas sufrían tal deterioro que su función era imposible de ejercer. Los docentes con años en la docencia saben a qué me refiero.

Conjuntamente la fusión docente se fue desvalorizando, ya el maestro no era el paladín de la educación de los niños, se convirtió en mero empleado estatal, esto se ha ido agravando hasta llegar a la agresión a los maestros por parte de los alumnos y de sus familiares, sin el resguardo que debiera dar el Estado.

Las evaluaciones sin llegar a considerar las PISA, muestran un deterioro en los aprendizajes, en el hábito de estudio y en la capacidad de reflexionar de los alumnos. 

Esto último se nota en la Escuela Media e incluso en la Universidad en las que los estudiantes no comprenden textos simples ni hacen necesarias deducciones.

Así es como a través de los años la Educación a asumido distintas maneras conformes a los fines que emanan de las concepciones de los gobiernos de turno quienes dicen representar a la sociedad toda. Da la sensación que hoy impera la Instrucción por sobre la Educación, la Ética y los valores parecen haberse esfumado del curriculum. Los derechos son esgrimidos por los alumnos y dejan de lado las obligaciones. La evaluación aduce que es represiva pero en cada decisión que toman, implícitamente están evaluando.

Parece que el para qué, el por qué aprender han sido reemplazados sólo por el cómo.

Cada estudiante tiene variadas y ricas potencialidades de desarrollar sus aptitudes y de construir sus saberes. Un alumno con grandes potencialidades cognitivas puede llegar a ser vilipendiados cuando no atacados físicamente porque hace la diferencia con la mediocridad instalada.

Sin duda existe diferencias cognitivas y de acuerdo a estas se debe accionar para que los alumnos puedan llegar al mayor desarrollo posible.

Este tema no se agota en este trabajo, por ser tan complejo y amplio merece más oportunidades de desarrollo.

Dr. Jorge Alberto Jurado
Doctor en Ciencias Sociales y Humanísticas con orientación en Educación
Magíster en Educación
Especialidad en Docencia Superior
Periodista
Diplomado en Metodología de la Investigación
Licenciaturas en
Administración de la Educación Superior
Ciencias de la Educación
Profesor y Licenciado en Educación Física
Maestro Normal Nacional
Bachiller
Director Organizador de la Maestría en Ciencias de la Rehabilitación (UNSaM).
Profesor del Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina
Profesor de Posgrado de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora
Ex Inspector e Inspector Jefe (Dirección de Cultura y Educación -Pcia. de Buenos Aires-
Orientador y evaluador de Tesis de Grado y Posgrado
Categorizado como Investigador (CONEAU)
Docente en los niveles: Primario, Medio, Superior y Universitario


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