Ficha técnico artística
Dramaturgia:
Sol Bonelli
Actúan:
Martín Folco, Pedro Jerez, Florencia Patruno, Candela Suarez
Lopez
Vestuario:
Victoria Chacón
Escenografía:
Victoria Chacón
Iluminación:
Alejandra Lescano
Música original:
Nacho Sánchez
Asistencia de dirección:
Manuela Martínez
Producción:
María Fernández Aramburu
Dirección:
Sol Bonelli
Duración: 70 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
NÜN TEATRO BAR
Juan Ramirez de Velasco 419.
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4854-2107
Domingo - 21:00 hs - Hasta el 24/07/2016
Dentro de las diferentes
disciplinas del Arte, la síntesis, es una de las virtudes que más se valoran, a
la hora de contemplarlas; pero cada una de ellas, adquiere una dimensión
particular, de acuerdo al grado de empatía o simbiosis que se genere, entre el
espectador y la obra. Flores de Tajy, es una obra de teatro donde su hora de
duración, es más que suficiente para lograr su cometido, desde lo que Sol
Bonelli con todos los ingredientes que se necesitan para recrear una de las
miles de sórdidas historias de la trata de personas, nos entrega con una rara
mezcla de poesía y aberrante realidad, representada por un grupo de sólidos y
convincentes actores.
También podría haber sido el
título de una crónica policial, de las tantas que se esparcen a diario desde
las diferentes Redacciones de revistas o periódicos, donde muchas veces el
lector juzga con tremenda liviandad los hechos, terminando por convertir a la
víctima en victimario. Nunca serán suficientes los esfuerzos para poder, no
solo generar (como suele decirse) una disminución de riesgos, si el compromiso
para con esta pandemia, no la transformamos en un permanente predicar a manera
de cincel, sabiendo de antemano que el tenebroso curupí, podría irrumpir de
forma imprevista golpeando y derribando, cualquiera de las tantas puertas del
poema de Brecht. Un curupí que tiene como rostro mutante, a cualquier ser
infrahumano que con estrecha connivencia, se entremezcla con los diferentes
estamentos del poder.
Toda ley contra la trata de
personas, homilía, marcha o discursos de campaña electoral serán infructuosas,
y ni siquiera la proclamación del Gobierno de los Estados Unidos al mes de
enero, allá por el 2010, como el de la Prevención de la trata y la Esclavitud
harán mella, si los que podrían desmembrar todo este circuito desde la
logística que poseen, muchas veces son los mismos tartufos que con rostros
circunspectos y gestos de aparente humanidad, abrazan a los familiares de las
víctimas, por las cuales íntimamente sienten poco y nada. Se me hace presente un
artículo de Manuel Díaz Prieto en el diario La Vanguardia, cuyo título es
Proponen cambiar por otros, los siete pecados capitales. Al desplazar los siete
primigenios, nos encontramos con que la crueldad, está a la cabeza del nuevo
listado, completado por el adulterio, el fanatismo, la deshonestidad, la
hipocresía, la codicia y el egoísmo, combo letal para condimentar las ruines
vidas de tantos carceleros. Los que trabajan desde la Justicia de forma proba
(que los hay) y tenaz, para lograr que vuelvan a ver la luz estos cuerpos casi
etéreos como el de “la naty”, saben que la mayor enemiga a vencer es la pereza,
presentando batalla día tras día.
Es por tal que Sol Bonelli, en
ésta su ópera prima teatral cortita y al pié, agiganta ese mensaje del Arte en
cuanto a síntesis, con una severa estocada a la platea, la cual al retirarse de
la sala, no puede menos que sentirse
conmocionada.
Juan Claudio Dahul-Ecos del
Mercosur
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