
"...y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue". Lucas, 2,7.
En la oscuridad de la noche de Belén se encendió, realmente, una gran luz: el Creador del universo se encarnó uniéndose indisolublemente a la naturaleza humana, hasta ser realmente "Dios de Dios, luz de luz" y al mismo tiempo hombre, verdadero hombre.
(Benedicto XVI, 17/dic/2008).
¡Muy Feliz Navidad para Todos!
Comisión Episcopal de Pastoral Universitaria
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