"El amor nunca falla" fue
el grito de 50.000 testigos de Jehová.
Del 13 al 15 de este mes, Buenos Aires fue sede de la Asamblea
Internacional de los Testigos de Jehová, titulada "El amor nunca
falla". El lema de este año destaca su amor al prójimo como principio
irrenunciable.
Se reunieron en dos estadios, uno de ellos con 35.000 participantes fue
el Estadio Único de La Plata. Vinieron al evento más de 6.500 representantes de
54 países. El cierre tuvo un desfile de las delegaciones extranjeras que mostraron
vestimentas y danzas típicas.
También estuvo destinado a agradecer a los fieles que misionan en el
extranjero. Llamó la atención la excelente organización del evento y la
limpieza de los lugares de encuentro, una vez finalizado, que estuvo a cargo de
más de 20.000 voluntarios.
Al igual que en las asambleas regionales se
presentaron obras escénicas con atuendos de la época que dan vida a relatos de
las Escrituras y dejan lecciones de vida y el multitudinario bautismo para quienes desean simbolizar su
dedicación a Dios.
Jorge Grosso explicó que muchas personas creen
que los testigos de Jehová son una nueva religión. Sin embargo, hace más de dos
mil setecientos años, a los siervos del único Dios verdadero se los llamó
“testigos” suyos (Isaías 43:10-12). Antes de 1931 se los conocía como
Estudiantes de la Biblia. En los primeros tiempos del cristianismo, las
reuniones consistían principalmente en cánticos, oraciones, y lectura y
análisis de las Escrituras, sin ningún tipo de ritual (1 Corintios 14:26).
Agradezco los datos aportados por Jorge Grosso quien es vocero de la
Congregación Argentina y también la buena onda de la delegación norteamericana,
con quienes compartí la cena del día viernes en el restaurante Elauge.
Crónica
realizada por la periodista LILIANA HERNANDEZ
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