1
de septiembre
Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación
Este jueves 1º de septiembre se celebrará por segundo
año consecutivo en Argentina y el mundo la Jornada Mundial de Oración por el
Cuidado de la Creación. La misma fue instituida fue instituida por el Papa
Francisco, en el 2015, para ofrecer “a cada creyente y a las
comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia
vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por
la maravillosa obra que Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda
para la protección de la creación y su misericordia por los pecados cometidos
contra el mundo en el que vivimos.”
Este año, la Jornada invita particularmente a dar gracias
por la creación recibida como don y sustento, pedir perdón por los daños, los
abusos y el olvido de los más débiles y comprometernos a proteger la Tierra y
la Vida.
“La crisis ecológica nos llama a todos a una profunda
conversión espiritual, porque está en peligro la existencia misma de la familia
humana. El desafío urgente de cuidar nuestra "casa común" nos invita
a unirnos todos en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral y a rezar
juntos, cada uno según su propia tradición”, se indicó desde la organización de
la convocatoria motorizada por la Conferencia Episcopal Argentina a
través de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.
Un gesto concreto de esta Jornada, será la Celebración
Interreligiosa que se realizará el mismo jueves 1 de septiembre a
las 17.00 hs en la Iglesia de San Ignacio de Loyola, Bolívar 225. CABA
A la iniciativa
se suman otros organismos de la Iglesia en Argentina como la Comisión Episcopal
de Pastoral Social, el Departamento de Laicos, la Acción Católica Argentina, la
Comisión Episcopal de Ecumenismo, Relaciones con el Judaísmo, el Islam y otras
religiones, junto a un gran grupo de organizaciones de distintos credos y
de la sociedad civil
En la Carta del Papa Francisco en la que instituye la
Jornada, el Santo Padre recuerda que “como
cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis
ecológica que está viviendo la humanidad. Para ello debemos ante todo extraer
de nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión
por el cuidado de la creación, recordando siempre que, para los creyentes en
Jesucristo, Verbo de Dios hecho hombre por nosotros, «la espiritualidad no está
desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza o de las realidades de este
mundo, sino que vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos
rodea» De hecho, «vivir la vocación de
ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia
virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la
experiencia cristiana»
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