Millones de jóvenes habían traído su bolsa de dormir, mate, guitarra, pandereta y miles de accesorios, necesarios, para lograr pasar la noche frente al mar superando cualquier imprevisto.
Cada vigilia es única. Aunque tienen características en común, suelen ser más de 10 horas bajo el manto de estrellas, con sus particularidades.
Para quienes habíamos vivenciado la madrugada del miércoles 23 de julio, se nos hacía más facil pensar que necesitaríamos llevar y comprar.
En esta oportunidad pudimos prescindir de las capas de lluvia, pues aunque el frío permanecía no hubo intermitencias. Cuando el mar comenzó a crecer en la costa, muchos armaron sus carpas iglú. Era una sociedad colorida, tranquilamente podríamos llamarla "barrio esperanza", cada grupo cenaba con música de fondo y conociendo en sus vecinos, nuevas culturas.
Caminamos por las calles y veredas de Copacabana para escuchar y recolectar testimonios. Como periodistas es un trabajo apasionante. Eran más de 15 cuadras . Todas minadas de peregrinos.
La noche pasó con una brisa de nuevos aires. Mientras apuestas y especulaciones se escuchaban sobre cuál sería el próximo destino de la jornada mundial. Se hablaba de algún rinconcito de África, o México. También se nombraba el continente Asiático. Nadie acreditaba con certeza cual sería. Lo que sí puedo afirmar es que cualquier lugar iba a ser recibido con un espíritu aventurero.
Pasó la parte más dificil frente a la costa, se despejó el cielo y con éste vimos amanecer los primeros rayitos de sol. Comenzar el día frente al mar, con su sonido de fondo era un regalo gratuito e inigualable.
Nuevamente todos empezamos a rezar por el clima y seguridad. Y como respuesta a los pedidos fue el primer momento en que el sol apareció a las 9 am. con toda la fuerza en el cielo de Brasil.
Ese pequeno detalle nos hablaba de una divinidad que quiere festejar con nosotros. Los santos suelen decir que Dios es como el sol, siempre está aunque no le veamos. Y esto mismo se vió plasmado en los hechos.
La misa comenzó con cantos y un desfile de sacerdotes vestidos de un color crema y dorado. Entre el recorrido nos encontramos con dos sacerdotes de la diócesis de Gualeguaychú. Otro regalo más para nosotros.
Desde el lugar de prensa, en donde nos acomodamos, veíamos al coro y como terminaban de arreglar los detalles de la misa.
Frente al palco de periodistas, había un espacio exclusivo para enfermos, discapacitados y sordo mudos. Un detalle mayor es que había tres sacerdotes que estaban junto a la comunidad sordo-muda confesando . Entre senas y miradas, Todos rodeados de un amor que abrazaba el alma. Los pobres y enfermos sin duda son prioridad. Y como diría también el Padre gualeguaychuense Cura Gaucho, Yanot: "un enfermo dos veces Cristo, un pobre dos veces Cristo".
En las pantallas gigantes veíamos al Papa comenzar el camino a nuestra fiesta. Él feliz en su papa movil, saludaba y bendecía a todos. Cada vez que los jóvenes veían que el Santo Padre alzaba una criatura, gurisito, se unían en un solo grito de euforia.
Mientras el Papa avanzaba se lo vió tomar mate. Besar chiquitos, bendecir personas y objetos.
Un canto popular de iglesia se hacía eco, renovándolo con el nombre Francisco. Decían: -"Francisco está pasando por aqui, y cuando pasa todo se transforma la alegría viene la tristeza va". Miles de anécdotas tengo para compartir. Espero poder terminar de escribirlas para alentar a muchos cristianos a seguir para adelante el camino del amor.
La misa fue asombrosa, por la música y coreografía. La inmensidad no solo del altar sino también de la creación y el paisaje.
Las palabras del Sumo pontífice comensando con la pregunta: qué nos dice el senor? y toda su homilía resumida en 3 palabras fue fabulosa: "1-Vayan 2- Sin miedo 3- Para servir"'
Nos habló con un código simple pero de manera extraordinaria. Su envío fue firme y confiado en que nunca estamos solos. Jesús, él va por delante y nos guía. Nos animó nuevamente diciendo: " sigan adelante y no tengan miedo"; Sentir alegría en la fe.
Nos dió como modelo la anunción y visitación de María Virgen. Y nos encomendó a su ternura.
Finalizamos con el rezo del Angelus al medio-día y cantando el himno oficial de la jornada junto a dos músicos argentinos que visitaron Copacabana, la Sole y Axel.
El sol brillante sobre la inmensidad del mar, nos recordaba que era hora de "navegar mar adentro". Sabiendo que el próximo lugar de encuentro sería dentro de 3 anos en Polonia. Con un santo que sería canonizado este ano y al cual todos conocimos.
Los tuve presente en la misa y espero seguir los pasos del envío y visitar las tierras entrerrianas, para continuar en el camino del servicio y fe.
MARIA AGUSTINA HILDT MACIAS
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